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TENSION en el PENAL 2 de GENERAL ROCA

Fuente: Diario Río Negro – Esposas de los detenidos permanecían por segunda noche consecutiva dentro del Pabellón 3. Los internos exigen talleres, suba de calificaciones y salidas. El SPP respondió con silencio.

Una madrugada de máxima tensión se anunciaba anoche en el Penal 2 de Roca, con el agravamiento de la protesta que un grupo de internos había comenzado el miércoles por la tarde. Media docena de mujeres, una de ellas embarazada, había decidido permanecer por segunda noche consecutiva dentro de la cárcel para respaldar el reclamo de sus parejas, situación que hasta última hora de ayer se intentó disuadir sin éxito. El mayor riesgo era que, a diferencia de la protesta similar realizada el mes pasado, esta vez las mujeres estaban dentro del Pabellón 3 y no en la sala de visitas, de modo que el personal penitenciario no tenía acceso a ellas.

Todo se dio en el marco de una virtual acefalía dentro de la unidad, pues el director del Penal y el jefe de área interna se encuentran de licencia y el director del Servicio Penitenciario, Hugo Ceccini, no envió desde Viedma directivas precisas sobre cómo abordar el conflicto. El único ofrecimiento que hizo, según confiaron los propios penitenciarios de Roca, fue el de reunirse con los internos el próximo 12 de agosto para dialogar.

Anoche la cárcel estaba a cargo del recientemente asignado subdirector, comisario Coronado, cuya intención, según relató a este diario, era trasladar a los internos de la protesta y a sus familiares a la sala de visitas para que pasen allí la noche y poder iniciar hoy, a primera hora, una mesa de diálogo con autoridades penitenciarias y judiciales. Pero la negativa rotunda de los detenidos se hacía sentir con gritos y con los filos de algunas “facas” golpeando contra las rejas.

Al final del pasillo central del pabellón, esperando una incierta orden de actuar, esperaba con sus máscaras antigases el personal del Grupo Especial de Requisa que, ante una eventual orden de desalojo forzoso, debería ingresar al terreno de los detenidos.

En el ambiente quedaba claro que, para varios de los uniformados que observaban la escena, la única vía de desalojo sería la fuerza, mientras se desgastaba el diálogo que habían encarado el juez de Ejecución Juan Pablo Chirinos y la secretaria del tribunal, María Gadano, pese a que no todos los participantes de la protesta son internos a cargo de ese magistrado.

Desde que el miércoles a las 18 inició la protesta hasta anoche los detenidos no habían recibido ningún tipo de respuesta oficial de la conducción del Servicio Penitenciario Provincial. Desde el ámbito judicial sólo ingresaron Chirinos y Gadano, quienes sólo por breves lapsos pudieron mantener diálogo fluido con los detenidos. El resto del tiempo, mientras este medio estuvo en el lugar, fueron gritos superpuestos desde las celdas, amenazas y recriminaciones.

Se evaluó hacer ingresar al pabellón al personal femenino de la unidad para retirar a las mujeres, pero la arriesgada estrategia no fue autorizado por el subdirector. “Si entra el femenino se van a arrepentir”, advertían desde adentro.

La tensión no sólo se notaba desde los internos hacia los funcionarios judiciales. También era evidente entre el juez y la circunstancial conducción de la unidad. Chirinos cuestionaba al segundo al mando no haber informado al juzgado que desde el miércoles a la noche las mujeres estaban dentro del pabellón, y el oficial negaba la acusación afirmando que había notificado “a la superioridad”. “¡Alguien va a tener que explicarme cómo se llegó a esto!”, le lanzó el juez al oficial en uno de los momentos más caldeados, cerca de las 22. (Ver video)

Adentro, los presos apretados contra las rejas reclamaban “talleres y trabajo” para poder subir sus calificaciones, única vía para obtener salidas transitorias o libertad condicional. “Nos peleamos para barrer un pasillo porque es la única forma de subir un punto”, graficó uno de los internos. Legajos desactualizados, historias criminológicas frenadas “porque no hay papel” y evaluaciones retrasadas del Gabinete Criminológico suman, para los detenidos, otro escollo infranqueable a la hora de “pelear” sus calificaciones. “Invierten más en violencia que en talleres”, cuestionó Jorge, uno de los detenidos que protagonizaba la protesta.

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