DRN – Apoyada en los datos positivos que registran las estadísticas, la entidad acompaña, contiene y ayuda a quienes atraviesan los tratamientos y a sus familiares. Con aportes privados construyeron su propio edificio. Actualmente reciben a 15 pacientes.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Hospital de Pediatría Garrahan tienen estadísticas que indican que el 80 por ciento de los chicos con cáncer se cura, ese es nuestro punto de partida. Nuestra palabra, nuestra misión, es apostar a esa luz de esperanza”. Ese es el empuje de María Teresa Enríquez, que conduce en Roca a la Asociación Luz de Esperanza para Niños con Cáncer (Alenc) desde su fundación, hace 17 años.
Ante cada arribo, los integrantes de Alenc reciben para acompañar, contener y ayudar a los niños con diagnóstico de cáncer y a sus familias. En el camino de los largos y difíciles tratamientos a los que deben someterse, el grupo facilita actividades y otorga apoyo económico.
En la actualidad la asociación nuclea a una quincena de chicos de distintas edades, pero aseguran que el número es variable. “Los tratamientos son largos, algunos terminan y se van, otros recién llegan. El boca a boca entre las mamás es lo que hace que siempre lleguen familias nuevas”, explicó Enríquez, quien trabaja en conjunto con otros voluntarios y profesionales que aportan desde su conocimiento a la recuperación de los asistentes en tratamiento.
“El más chiquito que tenemos ahora tiene tres años, hemos tenido bebés de nueve meses. Y entre los más grandes hay una chica que festejó con nosotros sus 15 años, ahora tiene 26 y sigue viniendo”, amplió.
Hay una asistente social que los acompaña y otros profesionales que brindan actividades a los niños y sus familias. Los chicos pueden asistir a musicoterapia, yoga, mandalas, y también al consultorio de psicología.
Una rueda
“Todos los que iniciamos este grupo tuvimos una situación de esas en nuestras familias, y sabemos de qué se trata. Y por otro lado hay gente y empresarios muy solidarios que colaboran con la causa, tenemos un grupo de 130 socios que nos apoya. De esa forma es posible nuestra tarea”, remarcó.
Desde la Asociación afrontan costos de pasajes y estadías o es posible ayudar a las familias con ropa, zapatillas y alimentos. Si bien en marzo pasado inauguraron un nuevo edificio, esperan contar con el suministro de gas para mudarse (Ver recuadro).
Corazón solidario
Mientras siguen funcionando en su tradicional sede de calle Santa Cruz al 1447. “Todo eso que está ahí –dijo señalando cajas de alimentos que ocupaban un sector de la recepción- son donaciones”.
“Hemos conseguido hacer un baño para una familia que tenía el alta de la nena y no podía llevarla a un lugar sin las condiciones ideales. A otros les hemos ayudado cuando les falta ropa, zapatillas. Todo se hace con esfuerzo”, agregó.
María Teresa Enríquez agradeció por “el corazón solidario de los vecinos” haciendo referencia también a eventos de Zumba, cuya recaudación les significa una gran ayuda para solventar sus gastos. Y recordó también el huevo de Pascua que año a año les donan para organizar una rifa y recaudar fondos.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y del hospital Garrahan indican que el 80 por ciento de los chicos con cáncer se curan.