La historia un siglo del “Río Negro”, en imágenes, en palabras y en celebración. La fiesta que congregó a 700 personas en enormes globas alzadas en el predio cercano al Instituto Universitario Patagónico de las Artes, en Roca, reunió a personas entrañables del diario e invitados especiales. La alegría, pero también el recuerdo y la nostalgia se amplificaron ante un contundente hecho: nuestros 100 años.
El ingreso servía de anticipo: una sucesión de reproducciones ampliadas de las páginas que recordaban la vida del diario: los primeros pobladores, las noticias más importantes, los hitos del centenario. Un largo deck que era a la vez pasarela de bienvenida y espacio de recuerdo. El paso obligado para ingresar a la segunda parada de esta fiesta que comenzó el lunes 30 de abril, a las 20.30, pocas horas antes de que el matutino pudiera decir: cien cumplidos.
En ese lugar, con una Typographic que el diario incorporó en 1936, antecesora de la linotipo que llegaron en los años cincuenta, y un mueble francés que albergaba en sus cajones los tipos móviles que sirvieron para escribir los primeros ejemplares, marcaban, como antes las fotos ampliadas, objetos necesarios de un pasado que fue mudando hasta hoy.
El cuarteto de cuerdas de la Fundación Cultural Patagonia (FCP) fue el encargado de abrir la celebración.
La música que interpretaron recibió a todos los invitados. Entre ellos estaban: los gobernadores de Río Negro y Neuquén, Alberto Weretilneck y Jorge Sapag, y los vicegobernadores Carlos Peralta y Ana Pechen de D’Angelo, respectivamente. También estaban el obispo del Alto Valle, Marcelo Cuenca; los senadores nacionales Miguel Pichetto, Pablo Verani, María Eugenia Estenssoro, los diputados nacionales Oscar Albrieu, José Brillo, Hugo Castañón, Alicia Comelli, Silvina García Larraburu, Alberto Ciampini; el intendente de Roca, Martín Soria; el de Neuquén, Horacio Quiroga; y de varias localidades de ambas provincias. Fue el Cónsul General de Chile en Neuquén, Roberto Erick Cordero Punilla; la rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Teresa Vega; el vicerrector de la Universidad Nacional de Río Negro, Pablo Bohoslavsky; el presidente de Adepa, Carlos Jornet; el presidente de la Comisión de Libertad de Expresión de Adepa, Daniel Dessein; el presidente de Adira, Fernando Cuello, el presidente del directorio de la agencia DyN, José Pochat; representantes de Fopea, de entidades empresariales y culturales, directivos de diarios y radios; miembros del directorio de “Río Negro”, familiares, amigos, empresarios, anunciantes… y por supuesto todos los empleados del diario.
Pasada las 22, se abrieron los enormes telones que comunicaban con el tercer espacio: una globa de 2.200 metros cuadrados, que reunía las 70 mesas para los invitados, decoradas con rosas rojas y detalles en dorado; iluminada con enormes candelabros, y coronada por un techo en el que se proyectaban efectos especiales.
Allí, un dúo de jazz de la FCP acompañó la primera parte de la cena. Luego, una pareja de bailarines de tango irrumpió en los dos pequeños escenarios emplazados entre las mesas. La música de este aplaudido show estuvo a cargo del grupo de Tango de FCP.
La cena también tuvo un condimento íntimo para los trabajadores del diario. En la enorme pantalla, de 10 por 5 metros, que coronaba el fondo del salón, se proyectó el video que realizó FCP, “Un día en el diario Río Negro”, el mismo que anoche se vio –antes de los monumentales fuegos artificiales (ver pág. 28)– en la pantalla gigante de los festejos en el canal grande y Mendoza y que refleja cómo se hace y quiénes hacen estas páginas que se distribuyen cada día en una extensa superficie. Imágenes que hablan del presente de la empresa, y cuyo pasado, trascendencia e historia fue recordado en el discurso del director y presidente del directorio, Julio Rajneri (ver aparte). Un discurso que cerró con un brindis primero familiar y luego con todos los presentes, con la música ideal para ese momento: la Obertura de La Traviata.
Una vez concluido el brindis llegó otro punto impactante de la fiesta que organizó el grupo Celebrar de Neuquén. Las paredes y el escenario se corrieron a los costados para dar lugar a un cuarto espacio, una verdadera pista de baile de 120 metros cuadrados, en damero en blanco y negro, con 29 bolas de espejo y otras 12 de led y con un invitado de lujo sobre el otro escenario: Los Auténticos Decadentes, que no dieron tregua con sus hits, en un final de fiesta a puro baile.