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Secuestraron a una familia en Roca

GENERAL ROCA – En un horario poco habitual y fuertemente armados, tres individuos que se disponían a cometer un asalto sorprendieron ayer a una familia en su casa. Fue en el barrio cercano al Instituto Universitario Patagónico de Artes (IUPA), en la zona oeste de Roca. El rápido accionar de un policía resultó crucial para poner a salvo a las víctimas y reducir a los delincuentes.

Fue minutos después de las 7:10, según confirmaron desde la Comisaría 21, que Sergio Maria (45) salió de su casa ubicada en Damas Patricias al 2.200 para poner en marcha su automóvil y llevar a su hijo a la escuela. Pero allí fue abordado por tres delincuentes armados, que aprovechando la oscuridad del sector, lo intimidaron para que ingrese de nuevo a la vivienda.

En medio de amenazas, gritos y empujones, los sujetos obligaron a Maria a subir a la planta alta, sin advertir que en ese momento uno de los hijos de la víctima, de 16 años, salía de la casa para pedir ayuda a la policía a través de un celular.

En medio de esa acción los ladrones maniataron al hombre y a su esposa, de 41 años, quien todavía se encontraba descansando. Los gritos volvieron a poner dramatismo a la escena ya que uno de los delincuentes les aseguraba que si no entregaban dinero lastimarían a los otros dos niños, de 10 y 12 años, que estaban en la habitación. Mientras tanto, se iban apoderando de alhajas, billeteras, celulares y efectos de menor valor.

La dramática escena no duró más de tres minutos, hasta que un móvil de la Comisaría 21 llegó al lugar. Al entrar a la planta baja de la casa un sargento primero se trabó en lucha con dos de los delincuentes que buscaban más objetos de valor. Uno zafó y se escondió en un baño de la planta alta mientras que el otro fue esposado. El tercero también buscó refugio en el sanitario y desde allí habrían disparado al menos en cuatro oportunidades contra los móviles policiales que llegaban a la vivienda.

Finalmente los asaltantes se entregaron, aunque antes uno de ellos tomó contacto con una defensora oficial para pedir que se garanticen sus derechos. La policía aseguró que las víctimas no fueron usadas como rehenes.

“Es muy desagradable. Es una sensación de impotencia la que se siente. Te sentís muy mal”, dijo Maria minutos después en contacto con los medios de comunicación.

La policía logró secuestrar luego dos revólveres calibre 22 y un 38. Los tres sujetos, de 20, 22 y 38 años, tienen amplios antecedentes penales y quedaron detenidos a disposición del juez de instrucción Juan Torres. (DRN)

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